Sería bueno si todas nuestras experiencias fueran agradables y felices. Sin embargo, las ansiedades aparecen por una razón u otra, causándonos dolor, desilusión, tristeza, desmotivación, insatisfacción, vacío ... A veces la angustia y la dificultad son tanto que te dan ganas de vomitar todo. Patea el cubo, apaga la luz, desaparece ...
Pero este no es el camino
¿Ir donde nace la dificultad principal y crece dentro de nosotros? No tiene sentido escapar de lo que tenemos que enfrentar: nuestros miedos y frustraciones. Huir solo pospondrá una situación que volverá y que en algún momento será necesario enfrentar. El sufrimiento y la adversidad también son parte de la vida real. Hay que enfrentar para avanzar. Enfrentar la vida con sus desafíos y obstáculos nos fortalece, nos estructura y nos enseña a lidiar con las experiencias de una manera diferente y a menudo creativa. Nos hace descubrir un nuevo lado, una nueva faceta, una nueva habilidad, característica, calidad.
La lección
Necesitamos aprender a aceptar y aceptar que las cosas son como son, más allá de nuestro control. Es parte de nuestro crecimiento como ser humano. Depende de nosotros aprender, incluso en los momentos más difíciles, las enseñanzas que las experiencias y la vida nos proporcionan y utilizar estos elementos para mejorarnos. Desafortunadamente o afortunadamente, el sufrimiento es parte de nuestra evolución.
“Cualquiera que sea el contenido del momento presente, acéptalo como si lo hubieras elegido. Siempre trabaje con él, no contra él. Hazlo tu amigo y aliado, no tu enemigo. Esto transformará milagrosamente toda tu vida ". (Eckhart Tolle)